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¿Qué es la hipertensión leve?

La hipertensión leve corresponde a un tipo de presión arterial elevada. Cuando el corazón late, se genera una presión que hace que la sangre viaje a través de los vasos provocando un impulso de presión. La presión arterial se divide en dos lecturas, una superior (sístole) y otra inferior (diastole). Cuando una persona tiene hipertensión leve, su presión está entre 140/90 y 159/99. Es probable que una persona no tenga síntomas, pero puede tener un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares a largo plazo.

¿Cómo se trata la hipertensión leve?

Para tratar la hipertensión leve existen varias opciones de tratamiento. El tratamiento depende de la edad, condición física y otros factores como el estilo de vida. Se pueden recomendar cambios en la dieta y en el ejercicio para ayudar a controlar la presión arterial. Esto puede incluir la reducción del consumo de sal, la reducción de los alimentos grasos y el aumento de alimentos ricos en fibra. La medicación recetada es otro tratamiento para la presión arterial. Esto puede incluir medicamentos diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o bloqueadores beta. El seguimiento por un médico es esencial para controlar la presión arterial.

¿Qué debe evitar una persona con hipertensión leve?

Es importante que una persona con hipertensión leve evite cualquier condición que pueda desencadenar o empeorar la presión arterial. Esto incluye el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, el abuso de drogas, el estrés y los alimentos ricos en sodio. También hay que evitar el aumento excesivo de peso corporal, que puede causar una presión arterial más alta. La actividad física y el ejercicio regular también son importantes para mantener la presión arterial bajo control.

¿Cuáles son los beneficios de controlar la hipertensión leve?

Uno de los principales beneficios de controlar la hipertensión leve es la prevención de enfermedades cardiovasculares. Una presión arterial alta puede aumentar el riesgo de una persona de padecer un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otras enfermedades. Además, los cambios en el estilo de vida saludable como reducir la cantidad de sal en la dieta, reducir el consumo de grasas y aumentar el ejercicio regular ayudan a reducir el colesterol y los triglicéridos. Esto contribuye a mantener el corazón sano y a mejorar la circulación. La medicación recetada a menudo también ayuda a controlar los niveles de presión arterial y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.